Hijos de la niebla

2ª Edición revisada

Una modesta obsesión, una simple llamada de teléfono y un sencillo viaje en coche. Esa es la inofensiva tríada que dejará a Louis a las puertas de los lugares más inhóspitos y remotos de la consciencia del hombre, donde la realidad se presenta en su estado más crudo y primitivo. La incomprensión propia de una mente aséptica, la angustia ante lo imposible y el horror de lo inverosímil serán sus más íntimos y fatales compañeros de viaje.

Con este relato corto, el autor hace un guiño a los insondables misterios de esa realidad «auténtica» que el gran maestro Howard Phillips Lovecraft nos presentó a través de su fantástica y a la vez demencial cosmogonía, y que otros grandes de la literatura fantástica y de terror han ido enriqueciendo a lo largo de los años.

«Dicen que subían a la montaña para adorar a dioses olvidados que habitan más allá de las estrellas conocidas; que ascendían para bailar sus danzas demenciales en torno a hogueras negras alimentadas con sus mórbidos deseos; que trepaban hasta la cumbre para aparearse con hombres que eran más bestias que hombres, y con bestias que eran más hombres que bestias».