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Olmedo Horror Books

La senda literaria de un hereje que rinde pleitesía a los dioses olvidados

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«El arzobispo disfrutaba en secreto de los gozos del pecado de la gula; su oronda y repulsiva figura no prestaban margen a la vacilación. Pero lo que tienen los yerros satisfechos es que, al poco, suelen requerir ser de nuevo complacidos; y cuanto más se atienden, más intensas se vuelven sus exigencias.
🕯Saludos, ilustres siervos de lo inefable🕯
Así es, mis queridos hermanos. La publicación de hoy se aparta unos instantes del sendero habitual de este perfil para ofrecer mi más sentidas condolencias a todos aquellos que, al igual que vuestro siervo y que ahora suscribe estas líneas, durante veintiocho años hemos acompasado los pálpitos de nuestro corazón a sus pegadizos ritmos.
Qué suerte de atractivo despiadado poseen los santuarios góticos que tan irremediablemente nos atrapan. Qué clase de embrujo luciferino gastará su arquitectura que nos relega a la insignificancia más exasperante.
Fragmento del último de nuestros evangelios, «El Cuarto Apóstol», en relación a uno de los Doce Milagros del Divino Prodigio: Pelayo, el apestado.
🕯Saludos, iluminados eruditos de los Credos Negados🕯

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