
Imagen original de Sanskarans
El hombre contemporáneo cree tener control sobre su existencia. Piensa que lo vivo y lo muerto le pertenece. Por medio de la ciencia de lo conocido, lo desconocido se resuelve alcanzable: sólo basta estirar un poco más el brazo para tocarlo con la punta de los dedos. Para aquellos a los que lo entendible les resulta de una insipidez insoportable, las religiones modernas llenan sus corazones de falsas esperanzas.
Sin embargo, cuando la osadía del hombre despierta Fuerzas más antiguas que su propio origen, y más indomeñables que el continuo fluir del universo, es cuando lanzan a sus sacerdotes titulados a luchar contra El Diablo, armados con la más bendita de las aguas benditas y la más inmaculada de las cruces inmaculadas.
A luchar… Contra El Diablo…
No ha lugar para El Diablo en una tierra que no le pertenece. No existe amparo para un ser inferior ante entidades tan primordiales.