
«Esos majaderos inconscientes todavía buscan la llave de la salvación entre las manidas páginas de las que dicen Santas Escrituras. ¡JA! Versiones viciadas por siglos y siglos de elucubraciones, fantasías, quimeras. Contaminadas todas por los intereses de unos pocos sobre el miedo de otros muchos. Seguidores de falsos profetas sobreactuados, regurgitadores de palabras vacuas y mensajes insípidos.
La Llave, la auténtica Llave, la tengo yo ahora, entre mis manos: sumergida en formol, enclaustrada entre muros de cristal. La clave de la salvación del hombre se halla atrapada en la mente de otro hombre, y es esa masa gris rebosante de recuerdos imperecederos la que pretendo estudiar en este preciso instante. Los horrores que le tocaron padecer a ese estudiante incauto podrán carecer de nombre, pero las conclusiones que yo sacaré de sus espantosas y exquisitas reminiscencias me pondrán al frente de la senda del esclarecimiento más absoluto. Por fin podré llamar por su nombre verdadero a Aquellos Seres que se dicen omnipotentes y omniscientes; por fin podré tocar con mis dedos el fondo del abismo del cosmos primigenio».
—Extracto del diario personal del Dr. Elias Thanous, catedrático de Neurología de la Universidad de Boston. Desaparecido el 30 de julio de 1918 en extrañas circunstancias.