
«Algo no ha salido bien. He seguido al pie de la letra las instrucciones, he calculado con extrema precisión las proporciones y he recitado con escrupuloso rigor cada uno de los versículos descritos en el libro. Pero algo no ha salido bien.
Ahora debo marcharme de aquí. No puedo soportar lo que mis ojos ven; tampoco tengo valor para blandir el arma que le ponga fin a su vida. Debo irme. Debo abandonarla.
A aquel pobre desafortunado que encuentre a la chica, o a lo que resulte que sea ese ser encadenado que vagabundea por los sótanos de este maldito caserón, que haga lo posible por arrancarle la vida. Que sea rápido. Por favor. Que sea indoloro.
Era mi esposa. Bueno, pretendía serlo. Mi esposa murió en un accidente de tráfico. Yo fui el culpable. ¡Dicen que fue alcohol el causante de que me saliera en aquella dichosa curva! Pero el alcohol sólo fue la consecuencia: la ausencia de responsabilidad resultaba inexcusablemente mía.
Adquirí aquel texto maldito de los von Vaier en una subasta. Nadie lo quería, y ahora entiendo por qué. Hallé en él las claves para devolver la vida a la carne, para controlarla, para insuflarle el espíritu que una vez la poseyera. Profané su tumba, le arranqué del pecho destrozado su pútrido corazón y lo lancé al pozo de pesadillas que erigí en las plantas más infraterrenas de este palacete.
A los cinco días tenía el aspecto de un pedazo de carne bulboso de no más de tres kilogramos. A los diez ya era como una niña de cinco años que apenas era capaz de respirar. A las dos semanas se había convertido en una cría de poco más de diez años, con la inteligencia de una mosca, el apetito de un buey, y la maldad de un diablo.
Esa no es mi esposa. No. Ni siquiera es una niña. Eso es una abominación a la que la naturaleza se empeña en repudiar, y a la que yo no soy capaz de ponerle fin.
A aquel que la encuentre, por favor, que la mate».
—Nota encontrada en el suelo del vestíbulo de la mansión del reconocido y adinerado magnate inmobiliario Richard Prittman. En Boston, Massachusetts, el 15 de noviembre de 1971.