Y llegará ese día

«Y llegará ese día, osados blasfemos condenados al exterminio.

Y llegará ese día, incrédulos adoctrinados por la religión de Cristo. 

Y llegará ese día, en el que el Dios de la Carne abandonará por siempre su claustro de magma para bucear entre insondables océanos de roca hasta que el reflejo del sol alcance a navegar sobre sus ojos invisibles.

Y llegará ese día, en el que su seno acabará derramado por nuestros campos, por nuestras tierras y por nuestro cielo, y la humanidad entera finalizará sus horas sepultada bajo el peso de Su magnificencia. 

Y llegará ese día, en el que los mares tornarán de nuevo hasta el cielo del que una vez manaron y las cordilleras se volverán arena con la que allanar las playas de los recientes océanos de músculo. 

Y llegará ese día, en el que por los ríos fluirán la sangre de la antigua vida, y será esa antigua vida la que abone con su desolación los nuevos yermos que colmarán el paisaje de nuestro viejo mundo.

Y llegará ese día».

—Zebulón 15:9-16
Extracto de la Biblia Negra de Thimotée de Perpignan.

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