
«Yo, Arcturus Derwilliger, como máxima autoridad asignada de manera popular y legítima, y en representación de todos y cada uno de los habitantes de esta localidad, hubieran o no estado presentes en la reunión programada la tarde anterior a la fecha de este documento, determino que, en aras del poder que me fue otorgado en el momento de mi nombramiento, se detenga de inmediato a Rufus Whitmore, ciudadano de Salem, bajo la acusación de expolio y ultraje.
Con veintiocho años de edad y cabello castaño, algo menos de seis pies de altura y de complexión robusta, el interfecto adquirió de modo furtivo una estatuilla de edad incalculable propiedad de la matriarca de la comunidad femenina que habita los bosques limítrofes de esta misma villa, y cuyo nombre preferimos no mencionar en este desesperanzado concilio.
Como decisión acordada de modo unánime, tanto la reliquia como el acusado serán entregados al infame colectivo con la clara intención de retribuir la osadía que resultó cometida por uno de nuestros hermanos.
Que esta ofrenda, finalmente, sirva para contraprestar la deuda acometida, y que sus negros corazones se ablanden lo suficiente como para retirar, al fin, esa aciaga y amarga sequía que desde hace más de año y medio convierte nuestros campos en tierras yermas y baldías.
Este edicto se firma en Salem, el 16 de mayo del año 1604 de Nuestro Señor. Que Jesucristo se apiade de estas desdichadas almas que se han visto forzadas a recurrir a la misericordia del paganismo para asegurar el pan, la carne y la leche de nuestros hijos».